domingo, 5 de junio de 2011
El Empoderamiento, una historia que viene de lejos
Todos sabemos ya que el hecho/nombre de las redes sociales tiene el apellido del empoderamiento, según la wikipedia:
Empoderamiento o apoderamiento, se refiere al aumento de la fortaleza espiritual, política, social o económica de los individuos y las comunidades. Generalmente involucra el desarrollo en el beneficiario de una confianza en sus propias capacidades.
Y es desde este empoderamiento desde donde quiero compartir una visión -quizás particular o quizás común- que argumente lo natural y la no moda o la no ‘obsolescencia premeditada’ de las redes sociales y de las redes profesionales.
Hechos históricos del empoderamiento de los individuos
Por no irme muy atrás empiezo señalando el movimiento artístico del Renacimiento cuando el artista se quiere diferenciar del artesano atribuyendo al arte una misión superior y obligando al artista a ser una persona del saber.
Para ser heterogéneo y como segundo ejemplo quiero incluir como hecho ‘empoderativo’ la Declaración de Independencia de los EEUU (y sus consecuencias).
Volviendo al terreno artístico la fotografía permitió a cualquiera la captación de la realidad hasta entonces reservada a unos pocos pintores privilegiados. En este punto me interesa resaltar dos cosas muy importantes en favor del empoderamiento: una, el apoyo en la tecnología y dos, la disposición mental de los protagonistas de cada época para asumir, asimilar y arraigar una tecnología. Me explico, parece ser que el efecto de la cámara oscura ya era conocido hasta por los egipcios e incluso algunos pintores renacentistas de la perspectiva ya recurrían a encerrar sus cuadros en cámaras oscuras durante unos días frente a su motivo pictórico para lograr una mayor fidelidad con la realidad, pero no fue hasta el SXIX cuando se industrializó la fotografía, no fue hasta que hubo un repertorio de posibilidades tecnológicas complementarias llegadas desde distintos lugares del saber y no fue hasta que hubo una apropiada predisposición de la gente para asumir y aceptar dicha tecnología.
Del Cine a Twitter
Según un estudio que llegó a mis manos de Roy Ascott hay una línea sucesiva de hechos que van desde la pantalla de cine hasta el ordenador, y que yo hoy ampliaría e incluiría el hecho internet.
Me explico: la televisión supone el empoderamiento o apropiación de la pantalla de cine que es llevada a casa –siempre según R. Ascott pero que suscribo; y el ordenador personal es el resultado de la necesidad de empoderamiento de los individuos pues se consigue participar de la pantalla, se consigue ser autor de contenidos sobre esa pantalla que tanto se parece al televisor.
Pero ¡ojo! aquí hay que señalar que sí que habían unos pocos autores, esos privilegiados, en verdad lo que se consigue es que gente con menos medios pueda intervenir, pueda apropiarse, lo que se conoce como democratización que como más bello ejemplo hablaría de la democratización del saber gracias a la tecnología de la imprenta y, otra vez causa y necesidad, la disposición mental de las gentes de cada tiempo.
Si desde esta perspectiva de apropiacionismo analizamos el hecho internet y lo que supone la participación de la pantalla, de los contenidos que circulan por la red por parte de los individuos a través de la redes sociales, no vemos nada extraño y al menos a mi me despeja todas las dudas de si esto de las redes sociales es una moda pasajera o de si hemos sido cautivados por una buena campaña de marketing. Estamos ante el hecho natural del empoderamiento continuo de los individuos, en este caso es la democratización de internet.
Y como he ido hablando de la importancia de la disposición mental de los individuos ante los avances tecnológicos como causa y condición necesaria para el éxito y arraigo de las tecnologías, yo pregunto y me pregunto ¿En qué consiste esa disposición mental hoy que está logrando el éxito y arraigo de las redes sociales?
Hay que distinguir entre causas y efectos, y los efectos son más fáciles de advertir, como por ejemplo el cambio de paradigma de la privacidad tanto a nivel personal como a nivel empresarial, ya que se pasa del ‘soy lo que tengo y guardo en secreto (=patente)’ a ‘soy lo que comparto’ por que sino compartes solo lees, eres especatdor pasivo, no participas.
Pero ¿y las causas, a parte de la tecnológicas, que han logrado que las recibamos con los brazos abiertos? O dicho de otra forma ¿Por qué las hemos tan bien recibido?
Y esta es la reflexión más bonita.
Álvaro Pichó
© 2011 SC&M Sandalines Comunicación & Marketing SL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario