El otro día en un seminario que hablaba entre otras cosas del “dichoso cambio climático”, nos dijeron que en el último estudio realizado, se apunta que en 2030 el nivel del mar habrá subido entorno a un metro; un metro en solo 20 años! Teniendo en cuenta que en los últimos 2.000 años el incremento ha sido de 50 cm, en 20 años vamos a multiplicar por 100 esta estadística.
Lo bueno es que muchos ya hemos tomado conciencia de esto y que ya hemos empezado a vivir lo que ahora se llama “sostenibilidad”; o sea vivir de acuerdo a unos principios de respecto y de convivencia con el planeta.
Los organismos públicos también están tomando cartas en el asunto y junto con las empresas, empiezan a “hacer bien las cosas”: Racionalizan la energía, utilizan sistemas de iluminación de bajo consumo, reciclan sus desechos, emplean materiales y productos que no dañan el medio ambiente y en general están contribuyendo a no deteriorar el medio ambiente.
En ese mismo estudio, se refleja que España esta en el número 3 del ranking de países preocupados con el medio ambiente y el cambio climático, y lo mejor, que el 65% de los españoles estarían dispuestos a pagar más por un producto que sea ecológico.
¿Que fuerte no? Estas empresas están invirtiendo cientos de miles de euros para posicionar sus marcas y sus productos y sin embargo no están contando a todos sus clientes potenciales, 29 millones de personas (el 65% de 46 millones de habitantes de España) que están haciendo bien las cosas.
Tan sencillo como una etiqueta que diga que emplean sistemas de sostenibilidad, que sus productos son ecológicos, cual es su nivel de CO2, o cosas similares que los relaciones con estos criterios tan importantes y que tanto valor tienen en estos tiempos.
Otra cosa, ¿cuantas de esas empresas (las que lo están haciéndolo bien) están contando a su público como gestionan sus procesos? ¿Que materiales incorporan a sus fabricaciones? ¿Como contribuyen, en la manera en la que están reciclando sus residuos, a no deteriorar el ecosistema? Tan sencillo como tener un blog corporativo donde esto aparezca, tan fácil como un video en Youtube, un newsletter comunicándolo a sus clientes, etc... en resumen, una serie de acciones en la red, donde potenciemos al máximo cada cualidad de la empresa.
Porque, ¿saben que? todo esto afecta a la imagen de la empresa en el mercado, a la percepción de marca de sus productos, incrementa el concepto de calidad mejorándolo cualitativamente.
Y es tan sencillo, solo se trata de entender que es lo que tenemos entre las manos: una gran diferenciación que nos puede hacer mucho más competitivos en un momento donde todo respira ecología y sostenibilidad.
Vicente Garcés Sandalines
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